Altissimu, onipotente bon Signore, Tue so' le laude, la gloria e l'honore et onne benedictione.
Ad Te solo, Altissimo, se konfano, et nullu homo ène dignu te mentovare.
Laudato sie, mi' Signore cum tucte le Tue creature, spetialmente messor lo frate Sole, lo qual è iorno, et allumeni noi per lui. Et ellu è bellu e radiante cum grande splendore: de Te, Altissimo, porta significatione.
Laudato si', mi Signore, per sora Luna e le stelle: in celu l'ài formate clarite et pretiose et belle.
Laudato si', mi' Signore, per frate Vento et per aere et nubilo et sereno et onne tempo, per lo quale, a le Tue creature dài sustentamento.
Laudato si', mi' Signore, per sor Aqua, la quale è multo utile et humile et pretiosa et casta.
Laudato si', mi Signore, per frate Focu, per lo quale ennallumini la nocte: ed ello è bello et iocundo et robustoso et forte.
Laudato si', mi' Signore, per sora nostra matre Terra, la quale ne sustenta et governa, et produce diversi fructi con coloriti flori et herba.
Laudato si', mi Signore, per quelli che perdonano per lo Tuo amore et sostengono infirmitate et tribulatione.
Beati quelli ke 'l sosterranno in pace, ka da Te, Altissimo, sirano incoronati.
Laudato si' mi Signore, per sora nostra Morte corporale, da la quale nullu homo vivente po' skappare: guai a quelli ke morrano ne le peccata mortali; beati quelli ke trovarà ne le Tue sanctissime voluntati, ka la morte secunda no 'l farrà male.
Laudate et benedicete mi Signore et rengratiate e serviateli cum grande humilitate...
El cántico de las creaturas es el texto poético más antiguo de la literatura italiana. Fue escrita por San Francisco de Asís dos años antes de su muerte, pero probablemente, fue una composición hecha en varias etapas. Fue escrita en la lengua vulgar de umbría, con influjos toscanos, franceses y latinismos. Al parecer, Francisco había
también compuesto la música que lo acompañaba pero esta se ha perdido.
Para el crítico Vittore Branca, el cántico esta inspirado en dos textos bíblicos. El Salmo 148 y el cántico de los tres jóvenes en el horno del libro de Daniel.
Francisco alaba la Gloria Divina en un éxtasis que es un camino desde lo Creado hasta el Creador. Las palabras que abren el cántico son una reverencia a la magnificencia de Dios y a la indignidad del hombre ("et nullu homo ene dignu te mentovare") porque sobre Dios ningún discurso es posible sino aquel que el mismo Dios hace.
La lista de las creaturas ofrecidas por el Cántico no es una "simple presencia" de elementos existenciales sino que representa, sobre un modelo bíblico, toda la realidad cósmica concebida, estructurada en un orden poético dotado de gran concisión oratoria.
Francisco alaba a los 4 elementos fundamentales: el viento, el agua, el fuego y la tierra. Estos elementos deben ser interpretados dentro de una clave de lectura simbólica. Por ejemplo: el viento como la brisa en la cual Elias encuentra a Yahvé (1 Re 19,11-12), el fuego de Pentecostés, el agua del Bautismo, la tierra que recuerda la parábola del sembrador y donde reposó el cuerpo de Cristo. Se puede ver entonces un marcado paralelismo simbólico entre los eventos de la salvación y los sacramentos.
Francisco subraya el carácter divino de la creación incluso en sus aspectos materiales contra las herejías cátaras de su tiempo.
Por último el Santo se centra en el hombre, culmen de la creación, que es imagen de su creador por la capacidad de perdonar, que debe atravesar tribulaciones para alcanzar la paz y para no temer a la muerte corporal, a la que llamaba hermana, paso obligado para encontrarse con su Señor.
|
Además de subrayar la creación material como de origen divino, sexúa los elementos, también contra los maniqueos que abominaban del sexo.
ResponderBorrar