jueves, 28 de abril de 2011

Desde el infierno


Hace algunos días, en un hecho que para algunos fue histórico, el Papa respondió en televisión preguntas que distintas personas le hicieron. No he visto el programa. Ni esperaba que sucediera nada trascendental. Ahora leo que el Papa hablará con los astronautas del transbordador espacial "Endeavour". Alguna vez espero de entender ciertas políticas comunicacionales del Vaticano. Como si todavía no se hubieran enterado de la situación de la Iglesia.
En fin, el programa no me generaba especial interés. Hasta que dos blog (Sandro Magister y Ex orbe) llamaron la atención por una de las respuestas de Su Santidad a la pregunta sobre el descenso a los infiernos de Cristo, que los cristianos confesamos en el Credo. Es una pregunta difícil, llama la atención que haya sido elegida y uno sospecharía que fue preparada.
La respuesta del Papa trae cierta polémica. Ya en otros discursos Benedicto XVI había explicado el hecho de una forma no convencional. A mi me llamaron la atención tres puntos:

a) "este alma humana (de Cristo) abraza hasta los últimos confines del ser humano. En este sentido baja a las profundidades, hasta los perdidos, hasta todos aquellos que no han alcanzado la meta de sus vidas, y trasciende así los continentes del pasado."

Hay algunos términos que me parecen imprecisos. ¿Cuáles son los confines del ser humano que el alma de Cristo abraza? ¿Quiénes son los perdidos? ¿Los condenados por el pecado? ¿O los que genéricamente no han alcanzado la meta de sus vidas? La respuesta parece presuponer que la meta de todo hombre es Dios mismo y el no haberla alcanzado significa haber sido separado de Dios. Si así fuera se contrapone con lo que el mismo Papa había dicho inmediatamente antes, que "el alma de Jesús esta siempre en contacto con el Padre". ¿Puede el alma de Cristo estar en contacto con el Padre y a la vez no estarlo? La teología clásica hacía una distinción entre el infierno de los condenados y los infiernos de todos aquellos que esperaban la resurrección antes de Cristo. El Catequismo (citando el Catechismo Romano 1, 6, 3) dice que "son estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos. Jesús no bajó a los infiernos para liberar a los condenados" (CIC 631 ss). Y aclara con fuerza que la expresión significa que Cristo conoció verdaderamente la muerte, esto es la separación del alma y del cuerpo. 
Las palabras del Papa son imprecisas, pero la sensación que queda es que siguiendo a otros teólogos como von Balthasar, parece querer significar que también el alma de Cristo conoció de alguna manera la separación de Dios que vive aquel que es condenado. 

b) "Dicen los Padres de la Iglesia, con una imagen muy hermosa, que Jesús toma de la mano a Adán y Eva, es decir a la humanidad, y la encamina hacia adelante, hacia las alturas.".

Los Padres creían que a quien había Cristo tomado de la mano era a la persona de Adán y Eva que eran considerados justos por haberse arrepentido del pecado cometido. No a toda la humanidad sin distinción. También los condenados forman parte de la humanidad y a estos Cristo no los puede encaminar hacia ningún lado y mucho menos hacia las alturas. 

c) "creo que todos nosotros, en mayor o menor medida, necesitaremos ser purificados. La mirada de Jesús nos purifica y además nos hace capaces de vivir con Dios, de vivir con los santos, sobre todo de vivir en comunión con nuestros seres queridos que nos han precedido."

Todos nosotros (todos los hombres) es una proposición universal. A fuerza de ser precisos no todos deben ser purificados. La Virgen María es seguro que no (Cfr. CIC 1024). Pero en verdad Ratzinger esta haciendo extensivo a todos los justos aquello que la tradición consideró que era solo para algunos. Pareciera querer decir que todos deberán pasar por el Purgatorio para llegar al cielo. El CIC dice que "los que mueren en la gracia y la amistad de Dios y están perfectamente purificados viven para siempre con Cristo" (CIC 1023). De la vida de algunos santos pareciera desprenderse que nada tenían ya que purificar. 

A mi me llaman particularmente la atención estas imprecisiones claras en un teólogo del calibre de Ratzinger. Es por eso que he querido contraponerlas al catecismo sin entrar en discusiones teológicas más elaboradas. Y es que como dice el blog Ex Orbe, por momentos pareciera que el teólogo Ratzinger, le gana el lugar al Papa Benedicto XVI, y elabora teorías teológicas que trascienden los simplemente especulativa para pasar a lo Magisterial con resultados, al menos, inquietantes. 

lunes, 25 de abril de 2011

Felices Pascuas



Haec dies, quam fecit Dóminus:
exultémus, et laetémur in ea.
Allelúia!

¡Felices Pascuas!

miércoles, 20 de abril de 2011

El Miserere de Allegri




El famoso "Miserere" de Gregorio Allegri, es una obra basada en el Salmo 51 compuesto en el renacimiento italianao, que conjuga el estilo de la escuela romana de Palestrina y la escuela veneciana de Gabrieli. Se cantaba el miércoles y el viernes santo durante el oficio de tieneblas en la capilla sixtina. La obra tuvo un gran éxito y los papas llegaron a penar con la excomunión a aquel que vendiera las partituras para ser cantadas fuera de la Sixtina. La obra era además de difícil ejecución porque gran parte se basaba en las técnicas que los cantores de la Capella se pasaban sin dejar nada por escrito. Es conocida la anécdota de Mozart quién con solo 14 años escuchó la ejecución para después transcribirla. En su caso no fue penado, sino premiado, ya que se consideró un verdadero prodigio. 
Este año el Papa Benedicto XVI pidió la ejecución explícitamente. Después de años el famoso Miserere de Allegri volvió a sonar en un evento litúrgico. Para la ocasión la Sixtina recurrió a una partitura original, distinta a las versiones mas conocidas registradas.

LatinCastellano

Miserere mei, Deus: secundum magnam misericordiam tuam,
et secundum multitudinem miserationum tuarum, dele iniquitatem meam,
amplius lava me ab iniquitate mea
et a peccato meo munda me.
Quoniam iniquitatem meam ego cognosco,
et peccatum meum contra me est semper,
tibi soli peccavi,
et malum coram te feci.
Ut iustificeris in sermonibus tuis,
et vincas cum iudicaris.
Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum,
et in peccatis concepit me mater mea.
Ecce enim veritatem dilexisti,
incerta et occulta sapientiae tuae manifestasti mihi.
Asperges me hysopo, et mundabor,
lavabis me, et super nivem dealbabor.
Auditui meo dabis gaudium et laetitiam,
et exsultabunt ossa humiliata.
Averte faciem tuam a peccatis meis,
et omnes iniquitates meas dele.
Cor mundum crea in me, Deus,
et spiritum rectum innova in visceribus meis;
ne proiicias me a facie tua,
et spiritum sanctum tuum ne auferas a me.
Redde mihi laetitiam salutaris tui,
et spiritu principali confirma me;
docebo iniquos vias tuas,
et impii ad te convertentur.
Libera me de sanguinibus, Deus, Deus salutis meae,
et exsultabit lingua mea iustitiam tuam;
Domine, labia mea aperies,
et os meum annuntiabit laudem tuam.
Quoniam si voluisses sacrificium,
dedissem utique holocaustis non delectaberis.
Sacrificium Deo spiritus contribulatus,
cor contritum, et humiliatum, Deus, non despicies.
Benigne fac, Domine, in bona voluntate tua Sion,
ut aedificentur muri Ierusalem.
Tunc acceptabis sacrificium iustitiae,
oblationes, et holocausta,
tunc imponent super altare tuum vitulos.[1]

Tenme piedad, oh Dios, según tu amor,
por tu inmensa ternura borra mi delito,
lávame a fondo de mi culpa,
y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco,
mi pecado sin cesar está ante mí;
contra Ti, contra Ti solo he pecado,
lo malo a tus ojos cometí.
Por que aparezca tu justicia cuando hablas
y tu victoria cuando juzgas.
Mira que en la culpa ya nací,
pecador me concibió mi madre.
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser,
y en lo secreto me enseñas la sabiduría.
Rocíame con el hisopo, y seré limpio,
lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la algría,
exulten los huesos que machacaste Tú.
Retira tu faz de mis pecados,
borra todas mis culpas.
Crea en mí, oh Dios, un puro corazón,
un espíritu dentro de mí renueva;
no me rechaces lejos de tu rostro,
no retires de mí tu santo espíritu.
Vuélveme la alegría de tu salvación,
y en espíritu generoso afiánzame;
enseñaré a los rebeldes tus caminos,
y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación,
y aclamará mi lengua tu justicia;
abre, Señor, mis labios,
y publicará mi boca tu alabanza.
Pues no te agrada el sacrificio,
si ofrezco un holocausto no lo aceptas.
El sacrificio a Dios es un espíritu contrito;
un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.
¡Favorece a Sión en tu benevolencia,
reconstruye las murallas de Jerusalén!
Etonces te agradarán los sacrificios justos,
holocausto y oblación entera
se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos

lunes, 18 de abril de 2011

La caída según Doroteo de Gaza




Doroteo de Gaza fue un monje y abad del siglo VI. Su vida transcurrió en el anonimato. Sin gozar de gran fama mas allá de la zona donde vivió. Su voz es una de las más amables monaquismo antiguo y su trasmisión de la tradicion ascética y espiritual de los Padres del desierto abunda en cordialidad y simplicidad. Aquí dejo un texto en el que explica la situación del hombre después de la caída en el pecado y la necesidad de la humilidad para una verdadera conversión. 
¡Mirad hermanos míos que cosa hace el orgullo!¡Mirad cual es la potencia de la humildad! Si desde el principio el hombre se hubiese humillado y hubiese obedecido a Dios observando sus mandamientos, no hubiera caído. Pero no es suficientes: también después del desorden al que se abandonó, Dios le dío ocasiones de arrepentirse y recibir la misericordia, pero su cabeza se mantuvo soberbiamente alzada. Viene a él y le dice "Adan, donde estás?" y quería decir "Desde que gloria y a cual vergüenza has llegado" y le pregunta "¿Porqué has pecado? ¿Porqué has transgredido?" y con esto lo exhortaba propiamente a decir "Perdón". Pero donde esta la respuesta "Perdón". Ninguna humillación, ningún arrepentimiento. Al contrario, responde "La mujer que me tu me has dado me ha engañado". No dice "Mi mujer" sino "La mujer que me tu me has dado" como diciendo "La desgracia que me ha hecho caer sobre la cabeza". Es así, hermanos, cuando el hombre no es capaz de reprocharse a si mismo, no ahorra ni a inculpar a Dios en persona. Cuando Dios pasa a la mujer y dice "Porqué tampoco tu has observado los mandamientos" como queriendo decir "Di al menos tu perdón para que tu alma se humille y te pueda dar misericordia", pero de nuevo ningún "Perdón" ; también ella responde diciendo "La serpiente me engaño" como queriendo decir "Si ha pecado él, yo que tengo que ver". ¿Que hacéis desgraciados? Haced al menos una metanoia, reconoced vuestra caída, tened piedad de vuestra desnudez; pero ninguno de ellos se digno de inculparse a si mismo, ninguno mostró de tener la mas mínima dosis de humildad. (Enseñamientos Espirituales, Dorote de Gaza, Humildad).

sábado, 16 de abril de 2011

Sobre la beatificación de Juan Pablo II


Pero no sobre la beatificación en si misma. Sino sobre el marco litúrgico. Desde hace ya meses, se sabe que será una celebración multitudinaria. Cardenales, obispos, sacerdotes, diácono y fieles llenarán la ¨Piazza San Pietro y toda la via de la conciliazione. Como era de esperar esto genera algunos problemas logísticos en cuanto a la celebración de la misa.
Pues bien, la diócesis de Roma ha buscado una solución. Ha convocado a todos los diáconos permanentes, acólitos instituidos y seminaristas que se encuentran en Roma a ayudar. Deben alcanzar el número de 300. Se deben encontrar en diversas iglesias de la zona a las 5 de la mañana del 1° de mayo. Allí se celebrará la´misa con el fin de consagrar las partículas que serán distribuidas en la misa de beatificación. Posteriormente los "ministros extraordinarios" podrán ver la celebración por televisión. En el momento de la comunión estos ministros saldrán con las partículas consagradas a distintos "centros de distribución" establecidos para facilitar la comunión de los fieles.
Algo me dice que no es esta la primera vez que encuentran esta solución. Mas bien parece un modus operandi común. 
Mi pregunta es ¿Era necesario? ¿Que sentido litúrgico puede tener hacer una cosa de este género? Es indudable la preocupación que Benedicto XVI tiene por liturgia, sin embargo pareciera que esta solo se reduce a lo exhortativo. ¿Donde queda la recomendación de que los fieles comulguen las hostias consagradas en la misa a la que participan? ¿Es verdaderamente una forma digna de tratar a la Eucaristía? ¿No se se está, de esta manera, sacrificando el sentido de lo sagrado solo para satisfacer ciertos deseos, algunos cristianos pero otros mundanos? ¿Donde queda el sentido de lo sagrado que Benedicto XVI quiere recuperar? ¿Acaso faltan Iglesias en Roma para celebrar misas? ¿Ayuda esto a hacer ecumenismo? ¿Que dirán nuestros hermanos ortodoxos ante una celebración de este género? 
La Iglesia pareciera estar necesitada de multitudes. De mostrar al mundo que todavía esta viva. De aparecer en la televisión y en los diarios. En el esfuerzo, deja de tener a Dios en el centro. Bien decía Jesús que hay que hacer esto sin olvidar aquello. 

viernes, 15 de abril de 2011

Lectura espiritual para la cuaresma



Acercándonos a la solemnidad de la Pascua, se nos presenta el ayuno preparatorio, que por cuarenta días nos ejercita a santificar el alma y el cuerpo. Para celebrar esta, que es la más grande de todas las fiestas debemos prepararnos en manera tal, de reencontarnos a nosotros mismos muertos en la Pasión de Cristo, porque es por la resurrección que también nosotros hemos resucitado con él, siguiendo el dicho del apóstol Pablo "vosotros estáis muertos, y vuestra vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. Cuando se manifiesta Cristo, que es nuestra vida, entonces vosotros también aparecerais con él llenos de gloria. (Col III,3-4)". ¿De que manera podremos participar a la muerte con Cristo, si no dejamos de ser aquello que fuimos? El que entiende el misterio de la salvación, debe desnudarse de los vicios de la carne y limpiar la suciedad del pecado. Asi, entrando en el banquete nupcial, brillará el vestido de la virtud.
La benignidad del esposo invita a todos al banquete real, pero todos son llamados ha no ser encontrados indignos del don, que es la Sagrada Comida. Algunos abusan de la paciencia de Dios; y aquellos que no son libres de conciencia, se vuelven seguros por la prolongada impunidad, mientras Dios retrasa el castigo, para dar tiempo a la enmienda. Si alguno aún no ha recibido lo que merecía, no tarde en abrazar la misericordia de nuestro Dios, el cual no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. 
La continencia es como una madre que da a luz los frutos de la virtud. Los que ayunan van desde los vicios a la alegría inefable. Si todo el misterio de la Pascua esta dirigido al perdón de los pecados, imitemos aquello que queremos solemnizar. El Señor justo y piadoso promete el perdón. Exponiendo la regla que debemos tener en el suplicar a Dios dice "si perdonáis a los hombres, también vuestro Padre, que esta en los cielos, les perdonara a vosotros. Si no lo hacéis, tampoco el Padre perdonara a vosotros". 
Condición esta absolutamente justa y benigna por la cual el hombre participa de la potencia divina. Cuanto más misericordiosos seamos por nuestras limosnas o por el perdón de los pecados tanto más perfecta será nuestra inocencia por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo. (San León Magno, Discursos, Cuaresma XII)

miércoles, 13 de abril de 2011

Los lefebvrianos y el P.Cavalcoli (II)

Seguimos con el artículo del P.Cavalcoli O.P.:

Los lefebvrianos no se dan cuanta que cada Concilio es testigo de la tradición (...) Como los protestantes pretenden juzgar la enseñanza de los Papas a la luz de un contacto directo y subjetivo con la Escritura, encontrando una infinidad de errores, igualmente los lefebvrianos pretenden juzgar las enseñanzas del Magisterio posterior a 1962 (como ha observado el mismo Benedicto XVI) a la luz de un contacto inmediato y subjetivo con la Tradición, creyendo de encontrar en el Concilio y en los Papas del post-concilio una falsificación de ciertos datos de la Tradición. 
Los protestantes, los modernistas y los lefebvristas no se dan cuenta que con este comportamiento, mas allá de que detrás de ellos haya teólogos doctos y doctísimos, terminan reclamando para si mismos la infalibilidad que Cristo aseguró a los obispos (no a los teólogos, ni a los exégetas, ni a los historiadores), sucesores de los apóstoles, unidos al Papa y bajo la guía del Papa.
De aquí la tesis difundida sea entre los lefebvrianos, sea entre los modernistas  según la cual, las enseñanzas del Concilio constituirían una ruptura con aquellas del Magisterio precedente, unos para disgustarse, otros para alegrarse,  unos para desvalorizar al máximo la autoridad dogmática del Concilio, los otros para hacer del Concilio una especie de compendio total del cristianismo y excluir todas las enseñanzas precedentes, unos identificando la Tradición al preconcilio, los otros negando valor a la Tradición.
La Tradición en el sentido católico puede ser  por su solidez y certeza a la "roca" como Pedro es la "roca", pero no tiene la inercia de la roca o la rigidez de un cuerpo muerto, porque ella, como comprendía bien el Beato Newman, en cuanto producto del espíritu, es un ser viviente, que conserva ciertamente su identidad, pero al mismo tiempo crece, se profundiza y se desarrolla, si bien es verdad que el paragón con el viviente no es totalmente correcto porque una proposición nueva y mas avanzada de la Tradición no sustituye la anterior,como la edad adulta en el viviente sustituye la juventud, sino que se agrega a la precedente la cual sigue siendo válida y vinculante. (...)
La impresión de la ruptura puede tenerla más el historiador del Concilio que los teólogos y si la tuvieran estos, sería un hecho grave, porque querría decir que no saben ver la continuidad bajo el progreso.  

lunes, 11 de abril de 2011

Los lefebvrianos y el P.Cavalcoli


Hace algunas semanas nos hicimos eco de las discusiones que hubo en la blogósfera a partir de la serie de artículos que el P.Iraburu publicó en Infocatólica. Quién ahora a escrito un artículo sobre el problema lefebvriano es el P.Giovanni Cavalcoli O.P.. El hecho tiene su importancia porque el dominicano fue señalado por algunos filo-lefebvrianos como el ejemplo de que algunos teólogos católicos y en plena comunión con la Iglesia asumían las críticas que Mons.Lefebvre había hecho al Concilio Vaticano II. El P.Cavalcoli, profesor de la Facultad de Emilia Romagna, autor de una obra sobre el concilio y Karl Rahner, y colaborador de la congregación de los Franciscanos de la Inmaculada, compara en este artículo al lefebvrianismo con el protestantismo. En estos días publicaré partes del artículo, fruto de una traducción casera.

LA TRADICIÓN CONTRA EL PAPA del P. Giovanni Cavalcoli O.P.

Las verdades reveladas por Cristo una vez y para siempre a los Apóstoles en si mismas son inmutables por ser divinas y por esto son conservadas intactas por siglos de absoluta fidelidad. Pero al mismo tiempo este patrimonio de infinita sabiduría es conocido siempre mejor por la Iglesia en el curso de los siglos hasta el fin del mundo, gracias a la ayuda del Espíritu Santo, el cual "renueva todas las cosas" y por expresa declaración de Cristo, tiene la función de conducir a la Iglesia "a la plenitud de la verdad".
Una tentación que se ha verificado en la historia del cristianismo y a la cual lamentablemente muchos han cedido es la de crearse la convicción gratuita e infundada que para saber infaliblemente que cosa Cristo nos ha enseñado no hay necesidad de seguir las enseñanzas o las interpretaciones del Magisterio viviente y actual, por ejemplo el de un Concilio, sino que es suficiente ponerse en contacto directo y personal o con la Escritura o con la Tradición. El primero es el error de Lutero y los hoy modernistas sobre todo en campo exegético, el segundo es el error de los lefebvrianos
El famoso, perspicaz e informadísimo sociólogo católico Massimo Introvigne, en su reciente artículo, ha observado con justicia que los modernistas, protestantes y lefebvrianos, mas allá de estar en oposición entre ellos, tienen una misma forma de aproximarse al Magisterio del Sumo Pontífice, especialmente a los pontífices del post-concilio. El mismo comportamiento contrario al verdadero catolicismo, con la diferencia que mientras los protestantes desde siempre y abiertamente han declarado su oposición al catolicismo, y los modernistas fingen de ser católicos, pero en realidad son protestantes,  los lefebvrianos extrañamente quieren considerarse católicos e incluso paladines de la ortodoxia católica, todavía mejor que los Papas del post-concilio y de las doctrinas del Concilio Vaticano II, a la cual ellos acusan de haber falseado o abandonado a la Tradición. 
  

viernes, 8 de abril de 2011

Lectura espiritual para la Cuaresma


Primero, el inexperto habitante del éremo debe aprender la enseñanza de apóstol Pablo  "a ofrecer su cuerpo como sacrificio viviente santo, agradable a Dios, como su culto espiritual" (Rm 12,1). Pablo, en el intento de frenar el fervor del novicio, hombre todavía animal, que no comprende las cosas de Dios, la búsqueda precipitada y curiosa relativa a la realidad espiritual y divina agrega "Por lo gracia que me fue dada, yo digo a vosotros no buscar de gustar más de aquello necesario, sino de saborear sobriamente" (Rm12,3). 
Porque toda, o casi, la formación del hombre animal tiene que ver con el cuerpo y el comportamiento del hombre exterior, él debe aprender a mortificar sus miembros según la razón, y ejercitar un justo juicio, según la razón y el discernimiento, entre la carne y el espíritu, que tienen deseos continuamente contrarios entre si.
Debe aprender a tratar su cuerpo como un enfermo que se le ha dado para se curado, el cual, no obstante su insistencia, se le debe negar aquello que le es nocivo y se le debe dar aquello que es útil, aún si no quiere; debe usarlo como un bien que no pertenece a él, sino a aquel por el cual fuimos comprados a caro precio, para glorificarlo con nuestro cuerpo.
No debemos considerar al cuerpo una cosa para la cual vivir, sino mas bien una cosa sin la cual no podemos vivir. 
Este es la perfección del hombre animal en su condición, o del novicio al inicio de su profesión. Cuando él haya cumplido esta animalidad o humanidad, si no vuelve hacia atrás (Cfr.Lc.9,62), proseguirá hacia adelante con seguridad, llegará rápido a aquel estado divino que le concederá de comenzar a conquistar como fue conquistado (Cfr. Fil 3,12), y a conocer como fue conocido (Cfr.1Cor 13,12). Pero esta obra no se cumple con una momentánea conversión, no es de un solo día, sino que requiere mucho tiempo, mucha fatiga, mucho sudor, según la gracia de Dios misericordioso y la aplicación del hombre que quiere y corre hacia la meta (Cf.Rm 9,16). (Guillermo de Saint Thierry c.1075-1148, La carta de oro, 70-72, 93)

miércoles, 6 de abril de 2011

Un buen texto de Santo Tomás


Un simple y bello texto de Santo Tomás, comentando una parte de la carta de San Pablo a los Filipenses. en su argumentación para defender la vida religiosa de aquellos que la criticaban.
12 No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús.13 Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que estádelante, 14 prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. 15 Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios (Fil 3,12-15)
De estas palabras se sigue claramente que, si bien la perfección de los bienaventurados no nos es posible en esta vida, debemos, sin embargo, vivir con la aspiración de que, en la medida de lo posible, alcancemos alguna semejanza de aquella perfección posible, a la cual somos invitados por medio de los consejos evangélicos. 
Es un hecho manifiesto que el corazón humano se dirige tanto mas intensamente a lo sumo cuanto mas apartado esta de aquello en que hay muchas cosas. Por consiguiente, el espíritu del hombre es llevado a amar a Dios con tanta mayor perfección cuanto mas separado esta del apego a las cosas temporales. Ahora bien, todos los consejos por los que somos invitados a la perfección se orientan a esto: a que el espíritu del hombre se aparte del apego a las cosas temporales para que, de este modo, la mente tienda con mayor libertad hacia Dios, por la contemplación, el amor y el cumplimiento de su voluntad. (Sobre la perfección de la vida espiritual, Cap.7.)
  

sábado, 2 de abril de 2011

Historias de Papas




Hoy se cumplen seis años de la muerte de Juan Pablo II, y ya estamos a solo un mes de su beatificación. Con la llegada de Benedicto XVI, muchos quisieron contraponer la simpatía del papa polaco a la frialdad del alemán. Juan Pablo II era un papa cercano a la gente, decían, en cambio Benedicto XVI es un teólogo frío, lejano, el Panzerkardinal, lo llamaban.
El andar del tiempo puso las cosas en su lugar.
Ahora, sin embargo, se intenta generar una nueva contraposición. Juan Pablo II era un modernista,  un sincretista, culpable de todos los males que nos asolan y Benedicto XVI es el salvador que hizo dar un giro de 180° a la Iglesia.
La realidad es que entre estos dos hombres hubo mayor afinidad que entre cualquiera de los papas del siglo pasado. Juan Pablo II llamó al Cardenal Ratzinger a Roma en los primeros años de su pontificado. Lo sostuvo ante muchas de las críticas que se le hicieron. Muchos de los documentos pontificios, tenían detrás la pluma del teólogo alemán, el cual era un hombre influyente. A pesar de que Ratzinger varias veces presentó su renuncia, Juan Pablo II jamás lo dejo ir.
Benedicto XVI, desde el primer momento de su pontificado mostró la intención de acelerar el proceso de beatificación de su predecesor. El mismo le dio el título de "magno".  Juzgo su pontificado como una continuidad con el anterior. En muchas políticas eclesiales, se puede ver esta continuidad.
Es conocido el afecto mutuo que se tenían.
Pero no importa. Es que necesitamos tantas teorías y estamos enceguecidos por nuestras ideologías, que somos capaces de negar lo obvio.

viernes, 1 de abril de 2011

Lectura espiritual para la Cuaresma

"Aquellos que han iniciado la subida hacia el paraíso, deben hacerse continua violencia, sobretodo al inicio de  su renuncia al mundo y hasta cuando no  se hayan convertido en forma estable al amor de Dios y a una vida pura, deberán luchar contra su comportamiento hedonístico y su insensibilidad de corazón por medio de una sensible compunción. Se necesita un verdadero trabajo, unido a un amargo llanto, continuo e intimo, especialmente para aquellos habituados a una vida holgada, hasta que con simplicidad y profunda humildad no tengan un espíritu codicioso como un perro dispuesto a esperar sentado junto a un matadero, sino que estén empeñados en ser amantes de la pureza y de una obediencia afectiva. Pero no nos desesperemos porque todavía debemos tener cuidado de las pasiones. Nos sabemos impotentes, pero tenemos una fe inclaudicable en Cristo; confiemos a Él nuestra debilidad e impotencia espiritual, metiendo a su derecha nuestra mano, y si nos mantenemos en tan profunda humildad recibiremos seguramente ayuda más allá de nuestro mérito. Lo reconocen todos aquellos que inician este camino bello pero duro. estrecho pero fácil: entraron con un impulso al encuentro del fuego para obtener que habite en ellos un otro fuego, pero inmaterial." (San Juan Clímaco, La escala al Paraiso, I, 3)