sábado, 10 de diciembre de 2011

Juan Manuel de Prada lo dice mucho mejor



El que sabe, sabe. Juan Manuel de Prada escribe en ABC lo que nosostros quisimos escribir y no pudimos...


JUAN MANUEL DE PRADA
Resulta paradójico que, en muchas recensiones, se haya presentado «El árbol de la vida», la inmensa película de Terrence Malick, como un compendio de espiritualidad new age, cuando se trata de la más abrumadora e intrépida exposición de las verdades de la fe que el cine se haya atrevido a proclamar en décadas. Pero que este Credo sin trampa ni cartón haya sido tomado por una divagación new agenos confirma que las verdades de la fe resultan desconocidas para el hombre contemporáneo, incluso para el católico, a quien los curas han dejado de predicárselas. Dice Benedicto XVI que hace falta una «nueva evangelización»; pero para esa «nueva evangelización» se precisarían evangelizadores que crean que Dios es Señor de la Historia —Alfa y Omega— y que se atrevan a proclamar que el misterio del sufrimiento humano sólo es plenamente comprensible si se espera la resurrección de la carne. Mientras los curas se lo piensan, nos queda Terrence Malick, un cineasta a la altura de Dreyer y de Tarkovsky.
«El árbol de la vida» empieza y termina del mismo modo: el universo, que brota del seno de un Dios creador, es restaurado al final de los tiempos, regresando al seno del que ha brotado; el origen y las postrimerías del mundo quedan así abrazados, en un designio divino que penetra la historia humana, dotándola de sentido. Pero Malick no se conforma con añorar aquella edad dorada en la que el pecado aún no había sido desatado y el león y el cordero podían retozar juntos —ilustrada a través de la secuencia más enigmática de la película, en la que un dinosaurio que suponemos depredador «perdona» la vida a un dinosaurio que suponemos su víctima—, tampoco con anticipar el advenimiento de un nuevo amanecer en que esa edad dorada nos sea finalmente restituida para siempre. Malick desea también adentrarse en los entresijos de la historia humana, en la mismidad de nuestra naturaleza caída, que sólo encuentra consuelo en sus padecimientos a la luz de la Redención. Y no lo hace mediante abstrusas lucubraciones teológicas, sino confrontándonos ante la más pavorosa expresión del dolor humano: una familia que pierde a su hijo, que vive esa amputación abrumada por la inmensidad de la pérdida, desangrándose por una herida que es cifra de la herida que le ha sido infligida al universo entero; y que implora como Job una respuesta, tropezándose con el silencio de Dios, cuyos planes tantas veces se escapan a la comprensión humana. La relación entre el padre de esa familia amputada (Brad Pitt) y el hijo que sobrevive tortuosamente a la pérdida de su hermano (Sean Penn) se erige en alegoría de la relación que el hombre entabla con ese Dios que a veces nos parece cruel; y en el que, sin embargo, acertamos a vislumbrar un fondo amoroso —redentor— contra el que nos rebelamos.
A la postre, ese hijo torturado contempla —¡mientras suenan los acordes del «Agnus Dei»!— a la humanidad resucitada, lavada en la sangre del Cordero, que respira un cielo nuevo y pisa una tierra nueva. Sin fe en la resurrección de la carne no hay comprensión cabal del dolor humano; porque sólo la fe en una restauración plena en Dios que recompense al ciento por uno —con el revestimiento de un cuerpo glorioso— las heridas que nos han sido infligidas hace soportable nuestro paso por este valle de lágrimas. Esto es lo que Malick proclama sin rebozo en esta película inmensa: hemos salido del Padre y volveremos al Padre. Y no seremos almas pululando en la inmensidad del cosmos, sino cuerpos renacidos para la gloria eterna. Gracias, Malick, por proclamar con un par de cojones lo que hace mucho se dejó de proclamar en los púlpitos.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Para leer a santo Tomás



Unas palabras de Fr. R.Garrigou Lagrange para todos aquellos que empiezan a estudiar a Santo Tomás.

"Muchos ingenios se asombran de que busquen en santo Tomás los principios de la teología mística...este juicio sobre el gran Doctor proviene de una manera eternamente material de leer su obra. Tenemos gran tendencia a materializarlo todo: la doctrina, la piedad, las reglas de conducta, la acción...hay tendencia a materializar las doctrinas más altas, es decir, a tender a los elementos materiales que se adaptan más a nuestro gusto y a perder de vista el espíritu, que es el constitutivo formal del alma, del cuerpo doctrinal,,,cuando se sigue este camino, su pretexto de apoyarse en lo tangible, mecánicamente preciso, indiscutiblemente cierto aun para los incredulos, y se llega a explicar lo superior por lo inferior: el alma por el cuerpo, la vida de la gracia por la naturaleza, las doctrinas teológicas por las doctrinas filosóficas que se han asimilado.
"Aún con sincero deseo de instruirse, se puede leer a santo Tomás desde este punto de vista y, como en su doctrina teológica los elementos materiales o filosóficos que intenta subordinar a la idea de Dios, autor de la gracia, son en extremo numerosos, si la atención se detiene excesivamente en estos elementos inferiores accesibles a la razón, en vez de elevarse a la cima de la síntesis, se hallará oposición real entre su doctrina y la de los grande maestros místicos. 
Se da, pues, una forma poco natural y anti-mística de leer y comentar la doctrina de santo Tomás... a la manera que es cosa muy fácil falsear un instrumento de precisión y es muy difícil repararlo, así nada más fácil que falsear la doctrina del santo. Basta recalcar lo que tiene de secundario y material, y exponer de forma vulgar y sin relieve lo que en ella hay de formal y principal; de esta suerte se pierden de vista las cumbres luminosas que deben iluminar todo lo demás."
(R.Garrigou-Lagrange, Perfección cristiana y contemplación, I, c2.)

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tota pulchra es Maria






Tota pulchra es, Maria, et macula originalis non est in te.
Vestimentum tuum candidum quasi nix, et facies tua sicut sol.
Tota pulchra es, Maria, et macula originalis non est in te.
Tu gloria Jerusalem, tu laetitia Israel, tu honorificentia populi nostri.
Tota pulchra es, Maria.



Tota pulchra est Maria - Compositor Francisco Guerrero (1528-1599)
Intérprete: Musica Ficta - Raúl Mallavibarrena 
Pinturas: Giovanni Bellini. 

sábado, 3 de diciembre de 2011

Dominica Secunda Adventus





Pópulus Sion, ecce Dóminus véniet ad salvándas gentes; et audítam fáciet Dóminus glóriam vocis suæ in lætítia cordis vestri. (Is.30,19.30)

Pueblo de Sión, he aquí el Señor que viene a salvar a los hombres. El Señor hará oir la majestad de su voz y  se alegrará vuestro corazón.



Tres versiones de Populus Sion, antífona del segundo Domingo de Adviento. Mi preferida, para la cual tuve que aprender a hacer un video, es la tercera, la versión de Schola Antiqua, de Juan Carlos Asensio.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Sobre el ayuno de Diciembre




"El ayuno de Diciembre, que pertenece al periodo invernal, nos invita a la cultivación mística, con la cual podemos guardar, mediante las prácticas espirituales, las energías de las viandas que sostienen nuestra debilidad.
Así el campo del Señor si enriquecerá y será más fecundo en su fertilidad, porque no le conviene estar nunca más sin frutos. Vosotros que tenéis en la fe la semilla, en la esperanza el desarrollo, y en la caridad la maduración, comprended que todo esto se tiene que dar a beneficio de toda la Iglesia, porqué la austeridad corporal y la insistencia en orar obtienen la verdadera pureza solo si se apoyan en la santificación de la limosna, como dice el Señor: "haced limosna y todo lo que tienen será puro". Por eso ayunamos Miércoles y Viernes, pero el Sábado celebramos la sagrada vigilia junto a la tumba del beatísimo apóstol Pedro, con el favor y la ayuda de Aquel, que junto al Padre y al Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos." (San León Magno Discurso VII, Sobre el ayuno de Diciembre.)

Malas noticias




Recibo diariamente los boletines de AICA. A veces, los leo después de varios días. Hoy he abierto el del martes y me encuentro con varias malas noticias.

- El obispo de La Rioja adhirió a resolución sobre el caso Angelelli. 
En el que dice que la muerte del obispo se debió a un hecho programado y premeditado. O sea que el obispo se ocupó de remar con la corriente, corriente llena de enemigos de la Iglesia. Es la Iglesia de hoy. Oportunista. La que se saca fotos con el personaje del año o llora a Steve Jobs. Pero además inútil. Porque parece que monseñor Roberto Rodriguez no sabe que si esta bloqueada la causa de Romero mucho más lo va a estar la de Angelelli. 

-La inseguridad es la mayor preocupación de los argentinos. 
La UCA se ocupa de medir que cosa le preocupa a los argentinos. Antes la falta de trabajo, ahora la inseguirdad. Quizás se podría ocupar de ver porque a los argentinos solo les preocupa el bolsillo. 

-Misa de acción de gracias por la tarea de monseñor Melani.
Por cual tarea? Por los abusos litúrgicos? Por los insultos a quienes defendían la Catedral? Por no haber renunciado cuando se lo pidieron? Habría que hacer una misa de acción de gracias por la partida de monseñor Melani.

Pero atención, a veces soy yo que me levanto de mal humor.