Ésta es la daga que pone siempre en fuga al diablo. ¿Has pecado? Entra en la Iglesia y cancela tu pecado. Cuantas veces caigas en la plaza, tantas te has de levantar. Del mismo modo, cuantas veces peques, conviértete del pecado. No te desesperes si pecas otra vez, conviértete de nuevo, no sea que por negligencia pierdas completamente la esperanza de los bienes prometidos. Aunque te encontrases en la última vejez, si pecases, entre y conviértete. Pues la Iglesia es un hospital, no un juzgado; no se te exige rendir cuentas de los pecados, sino que se te procura la remisión de los pecados. Di "Contra ti sólo pequé y cometí el mal ante ti" (Sal 50,6) y te será perdonada la culpa. (De las Homilías de San Juan Crisóstomo)
jueves, 2 de agosto de 2012
Fragmento espiritual
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