viernes, 27 de mayo de 2011

6...7...8 (al borde del Knock-out)


Debo agradecer a Nuestro Señor que no me permite ver el programa 678, ícono de la nueva TV kirchnerista. Sin embargo, a raíz de la discusión con Beatriz Sarlo, de la que se hicieron eco los medios, busqué en internet la repetición del programa. Mas allá de señalar quien venció en el debate, la sensación es que una buena parte de los argentinos esta derrotada. Es aquella que quedó fuera de la discusión. Que ni fue consultada porque su opinión no cuenta. La que no se sintió representada ni por los panelistas, ni por las cajas de resonancia que son hoy los medios de comunicación. 
La sensación es que la prensa progre* puede discutir ampliamente de los temas que le interesan ignorando cualquier otra opinión. La discusión es, justamente, sobre quien es más progre, sin que ninguno escuche otra voz, posiblemente, porque desde el punto de vista social y electoral, ya no existen. 
No es una simple situación coyuntural. Más bien pareciera ser la superestructura de un muy fuerte cambio cultural, que bloquea toda discusión racional. 
Un ejemplo. En el debate por el gaymonio, el jefe de bancada kirchnerista Pichetto pudo decir que la objeción de conciencia era un derecho fascista. No importa que la acusación este fuera de toda lógica. Si Goebbels decía que una mentira repetida mil veces se transformaba en verdad, en la Argentina se puede decir que no es necesaria la repetición. Las mentiras son percibidas como verdad desde el principio, porque el background ideológico solo las permite percibir como tales.
Así se puede hablar de que el kirchnerismo es un nuevo movimiento nacional y popular (por lo cual, quienes no son kirchneristas serían otra nación y otro pueblo), hablar de la transformación económica de los últimos 10 años comparándola con la Alemania de posguerra o exigir que durante los mundiales de fútbol se enseñe que en  1978 se torturaba y mataba. 
Como en Memento construimos una realidad con retazos seleccionados del pasado. Y quizás como en la mencionada película terminemos por matar al inocente que nos había ayudado.  

*progre según el periodista Eulogio López es aquel que se denomina de izquierda pero en vez de defender los derechos del trabajador se autoproclama capitalista y defiende los llamados nuevos derechos sociales, lo cual se puede resumir en la frase "abajo los curas y arriba las faldas". 

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