"Al triunfar el arrianismo mas extremo, los que habían seguido el lenguajo semiarriano por moda fueron volviendo a la fe correcta. Surgió un sector que podríamos llamar "políticamente semiarriano", en el sentido de que eran adversarios de Atanasio, pero que en el fondo eran, tal vez ortodoxos. Respecto a ellos San Hilario y San Atanasio tuvieron un discernimiento de espíritu propio de Doctores de la Iglesia, unido a una generosidad humana admirable, pues les tendieron la mano y procuraron salvar sus proposiciones. Les decían: "Yo digo homousion y tu dices semejante en la esencia, pero dices que es semejante en todo; dime además, que siendo semejante en la esencia, el Hijo nace de la substancia del Padre, y te diré que dices lo mismo que yo". San Hilario escribe De Synodis seu de Fide Orienthalium que muestra como algunas de las proposiciones de los concilios antiatanasianos podían ser entendidas en sentido ortodoxo. (...) San Atanasio en aquel concilio (el de Alejandria 362), aténiendose a las cosas y dejando a cada uno en posesión de sus palabras - según le elogió años después San Gregorio Nacianceno - aceptó la ortodoxia de los que hablaban con terminología distinta de la que él había empleado hasta entonces." (Los siete primeros concilios, F.Canals Vidal, p.52)
Pidámosle a San Atanasio la gracia de defender siempre la verdad (algo que muchos dicen tener) y también la gracia de ser generosos con aquellos que la buscan (algo que pocos dicen querer).
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