viernes, 13 de enero de 2012

Vida y muerte para J.R.R. Tolkien



Un pequeño fragmento en el que en pocas líneas, Tolkien elabora una descripción del hombre tan bella como profunda. O bella porque profunda. Una verdadera antropología desde la literatura.

"Ilúvatar quiso que los corazones de los Hombres buscaran siempre más allá y no encontraran reposo en el mundo; pero tendrían en cambio poder de modelar sus propias vidas, entre las fuerzas y los azares mundanos, más allá de la Música de los Ainur, que es como el destino para toda criatura; y por obra de los Hombres todo habría de completarse, en forma y acto, hasta en lo último y lo más pequeño.Pero Ilúvatar sabía que los Hombres, arrojados al torbellino de los poderes del mundo, se extraviarían a menudo y no utilizarían sus dones en armonía; y dijo:            
 -También ellos sabrán, llegado el momento, que todo cuanto hagan contribuirá al fin sólo a la gloria de mi obra.
(...) 
Uno y el mismo es este don de la libertad concedido a los hijos de los Hombres: que sólo estén vivos en el mundo un breve lapso, y que no estén atados a él, y que partan pronto; (...) los hijos de los Hombres mueren de verdad, y abandonan el mundo; por lo que se los llama Huéspedes o los Forasteros. La Muerte es su destino, el don de Ilúvatar, que hasta los mismos Poderes envidiarán con el paso del Tiempo. Pero Melkor ha arrojado su sombra sobre ella, y la ha confundido con las tinieblas, y ha hecho brotar el mal del bien, y el miedo de la esperanza." (El principio de los días, El Silmarillion)

 Pero claro, para algunos es de segunda categoria. Que vamos a hacer...

1 comentario:

  1. Un grande como pocos. Imposible no ver la teología que subyace en la literatura de Tolkien. Realmente un genio.

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