Abba Juan Colobos dijo: "Yo prefiero que el hombre tenga una parte de todas las virtudes. Adquiere pues, cada día, un poco más de cada virtud, según el mandamiento de Dios, sin descanso, con temor y longanimidad, en el amor de Dios, con todo el ardo del alma y del cuerpo, con mucha humildad para con las aflicciones del corazón, con vigilancia, orando mucho, respetuosamente y con gemidos, en la pureza de tu lengua y la protección de tus ojos, sin cólera ante el menosprecio, pacífico, jamás devolviendo mal por mal. No prestes atención a las faltas ajenas; mide más bien las tuyas, tú, que estás por debajo de toda criatura. Vive en el renunciamiento de la materia y de la carne, en la cruz, en el combate, en la pobreza de espíritu, en la voluntad y en la ascesis espiritual; en el ayuno, en la penitencia y en las lágrimas, en el combate, en el discernimiento, en la pureza del alma. Cumple tu trabajo en el recogimiento. Persiste en las vigilias nocturnas, en el hambre, en la sed, en el frio, en la desnudez y en las penas. Cierra tu sepulcro, cual si ya estuvieras muerto, dado que tu muerte se acercará en cualquier momento."
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