jueves, 22 de abril de 2021

Lectura espiritual


Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para la perfección del hombre. El alma obtiene grandes ventajas de la lectura de la Biblia.

Como un árbol plantado sobre la orilla de un río, el alma regada de la Biblia adquiere vigor, produce un fruto sabroso, esto es la fe auténtica, y se adorna con miles de hojas verdosas, o sea de acciones que gustan a Dios.

La Biblia nos conduce a la perfección pura y a las acciones santas. En ella encontramos la exhortación a todas las virtudes y la advertencia a todos los males. 

Por eso llamemos a la puerta de este magnífico jardín que es la Biblia. 

Es un jardín perfumado, suave, bellísimo. Encanta a nuestros oídos con la dulce polifonía de las aves espirituales y divinas, toca nuestro corazón, nos consuela en la tristeza, nos aplaca en el momento de la ira, nos llena de alegría eterna. 

Llamemos con diligencia y con constancia. No nos desalentemos de llamar. La puerta nos será abierta. 

Si hemos leído una página de la Biblia dos o tres veces y no la hemos entendido, no nos cansemos de releerla y de meditarla. 

Busquemos en la fuente de este jardín el agua que brota y sube hasta la vida eterna. Gustaremos una alegría inagotable, porque inagotable es la gracia del jardín de la Biblia. 

San Juan Damasceno, Sobre la Fe ortodoxa, 4, 7.

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